"Debe ser enorme esa rata para precisar el acero de Hanzo"
Hattori Hanzo (Kill Bill)
El grupo se prepara para seguir el camino, a la celda rodante se agrega Rosita y sus mercenarios. Avanzan algunos metros, escondido entre el follaje del bosque encuentran un pequeño morral. Tras registrarlo descubren que pertenece a Rosita. En su interior hallan un poco de dinero, algo de comida y una nota. Por uno de los lados del papel se lee “Prima, lamento lo de Promm. Pero no es bueno que el grupo se vea vinculado al negocio. Espero que lo entiendas, sé que Promm así lo hace…” abajo firma “S”. Por el otro lado del papel se encuentra dibujado un plano del hostal el “Zorro Feliz”, junto a una de las habitaciones aparece un laberinto; también en la hoja se encuentra un extraño esquema de cuadros conectados por líneas.
Intentan obligar a Rosita para que revele el sentido del papel. Sin embargo ella y Promm vuelven a ofrecerles dinero, sumas y sumas más altas. Está vez Arumat y su tropa comienzan a negociar, esto provoca que el médico de guerra que los acompaña pretenda escapar (no trabajara con traidores de la trinidad, ni con soldados corruptos). Arumat logra detenerlo y luego de amarrarlo, lo arroja al interior de la celda rodante. Los héroes reconocen el riesgo de negociar con Promm y su hija, y rechazan los sobornos.
Antes de que decidan qué hacer con la nota y hastiado de la discusión, Jats toma el papel e impulsivamente se lo come. Luego de la sorpresa, Giggles y Arumat intentan dibujar en un libro de la gnomo lo que recuerdan (alcanzando una copia cercana del laberinto).
Después de otra hora de viaje, el camino se bifurca, un letrero de madera indica: a la izquierda “Hostal Zorro Feliz”, y a la derecha “Distrito Comercial”. Lo discuten nuevamente, Giggles ha escuchado que ese hostal es otro sitio clandestino de mercenarios; pero al resto del equipo eso no le interesa, concluyen continuar el camino a la capital.
La ciudad es inmensa, tal como se los había dicho Zithka. Sólo el sector comercial alcanza el tamaño de una ciudad promedio. En el lugar las tiendas están de oferta, ofertas por un día, ofertas increíbles que no pueden rechazar (¡¡espadas mágicas a precios ridículos!!). Intentan comprar, pero en su condición de conversos no tienen autorización. Los negocios, al igual que en Lampar, no venden sin un “Permiso”.
Tras pensarlo, Pedobear ingresa en una sucia cantina llamada “El Vaso Roto”, no le cuesta mucho trabajo (pero sí varias monedas) obtener del cantinero información sobre permisos falsificados. El hombre les entrega una dirección y el nombre de “Bull”. Pedobear y Zithka van al lugar, el resto del grupo permanece custodiando la celda.
En la dirección encuentran otro bar, “El Árbol Caído”. Dos musculosos semiorcos le impiden el paso (allí no es bienvenida la gente del ejercito). Basta que el bugbear mencione el nombre del anterior tabernero para que le permitan pasar.
El lugar es en realidad un prostíbulo, varias chicas bailan sobre unas tribunas, lo hacen en estados enfermizos o con grilletes en sus piernas. A los costados algunos clientes consumen hongos alucinógenos (sustancias ilegales en Lays). El bugbear debe dejar sus armas tras la barra antes de entrar en la oficina de Bull.
Bull es un tiflin obeso y con una apariencia corrupta (más de lo esperable para un ser de su raza), tras su escritorio dos chicas lo acarician explícitamente. Luego de negociar, Pedobear y sus amigos aceptan una misión a cambio de un permiso falsificado.
El tiflin controla también un negocio de sustancias ilegales, lamentablemente hace algunos días una banda rival robo parte de su cargamento. Esta pandilla se hace llamar “El Queso Rojo”, son hombres-ratas con entrenamiento militar. Los wererats se mueven por las alcantarillas de la capital. Al parecer algunos soldados corruptos se lo permiten. Por fortuna de Bull, él mismo conoce una de sus entradas, ahora necesita recuperar sus “productos” y darles un escarmiento.
Pedobear informa del trato a sus amigos, quienes engañan a una tropa de soldados para que custodien junto a Karim el carruaje con los prisioneros (les mienten diciendo que ellos sólo van por unos “tragos”). Luego de esto, Arumat, Zithka, Giggles, Jats y Pedobear van al sitio indicado por Bull (todos quieren acceder cómo sea a las ofertas de la ciudad).
En un rincón solitario del distrito comercial, hallan un gran tubo que conecta a las alcantarillas. Un soldado de Lays abre la reja y les permite pasar (otro tipo corrupto), junto a él permanecen semiorcos a modo de cuidadores. Los semiorcos les indican que en cuanto acaben con las ratas suban a avisar, ellos irán por la “mercancía”; también sugieren que traigan la cabeza del líder de los wererat, una rata vieja y albina.
Descienden por una larga escalera de mano, cruzan varias tuberías hasta que el camino se divide en 3 cruces. Valiéndose de su percepción y conocimiento naturales Arumat y Pedobear siguen rastros de estiércol de rata y huellas. Finalmente llegan hasta el primer grupo de pandilleros-roedores. Son 11 wererats en total, 6 jovenzuelos luchan con espadas cortas y bombas artesanales, 3 de ellos son expertos en pelear con espadas envenenadas, y 2 de ellos, los más forzudos, luchan con espadas y ballestas.
El lugar está dividido por un rio de agua contaminada, el puente metálico que conecta cada zona ha sido cortado en un gran tramo. Pese a esto los héroes no dudan en iniciar el combate.
A pesar de los estados de envenenamiento, Arumat y su tropa logran salir victoriosos. Registran los cadáveres quedándose con las espadas y virotes envenenados, además de algunas bombas caseras.
Para continuar avanzando, algunos héroes saltan el puente cortado y desde ese extremo ayudan a Pedobear a amarrar cuerdas de un lado a otro. De esa manera todos consiguen cruzar.
Prosiguen el camino hasta una puerta metálica, el bugbear registra trampas, y aunque no cuenta con un equipo de ladrón consigue desactivarlas y abrir la puerta. Pasan a una nueva habitación, en medio ven un rectángulo de agua sucia estancada, una especie de piscina; en una de las paredes hay un maquinaria con una enorme manivela y sobre sus cabezas está el extremo de un gran tubo.
Zithka gira con fuerza la manivela oxidada, y desde el tubo comienza a salir agua. Se las ingenian para cubrir las rendijas de la puerta y llenar la habitación con el líquido. En cuanto el nivel del agua alcanza el tubo, el minotauro se sumerge para girar la manivela.
Con el agua cortada, ingresan al interior de la tubería y valiéndose de sus sogas y habilidades de escalar consiguen avanzar hasta un conducto horizontal. Desde afuera escuchan voces, Giggle incluso logra distinguir 7 de los hombres-ratas forzudos.
Utilizando una bomba rompen el extremo final de la cañería y se lanzan a luchar, todos menos el bugbear, quien desde arriba dispara a los enemigos. La caída hasta el piso significa un daño extra. Pero los héroes resisten y asesinan a los rivales, el último de ellos escapa lanzándose a una piscina de la sala y logra activar la tubería, esto provoca que Pedobear caiga impulsado por un chorro de agua sucia. Sin embargo los “conversos” de Lays alcanzan al prófugo y lo matan.
Al registrar los cuerpos obtienen nuevos virotes envenados y en el último de ellos las extrañas piezas de alguna clase de rompecabezas. El ingenio de Giggles le permite armar la figura en un segundo, se trata de un octágono. Las piezas permanecen juntas, pues funcionan con imanes.
Pedobear registra otra puerta sin encontrar trampas. Al cruzar llegan a un pequeño pasillo en cuyo extremo observan una portezuela con un agujero octagonal, sobre la puerta permanece un banderín con un queso octagonal dibujado en el centro. Los héroes caminan sin ser precavidos, por lo que pisan baldosas que activan una nueva trampa. El suelo se abre y los héroes caen algunos metros, ahora están en una fosa. Tanto la entrada del pasillo como su salida son cubiertas por placas de bronce que descienden del techo.
Al fondo de la fosa y desde sus paredes de ladrillo comienza a salir un gas venenoso, todos resultan dañados. Giggles y Zithka intentan escalar, la gnomo sube a los hombros del minotauro y de esa manera alcanza la parte metálica de la pared (sobre los ladrillos), separa las piezas de la figura de imán y con ellas escala un poco más. Cada pocos segundos el veneno provoca más daño. Arumat pide ayuda a Giggles para instalar el gancho de una cuerda al extremo del piso falso que se ha abierto, con esto también puede escalar. El veneno continua volviéndose más nocivo.
Pedobear intenta descubrir los lugares por lo que sale el gas, con ayuda de Zithka encuentran varios ladrillos corredizos, al sacarlos ven escondidas bolsas de piel, desde abajo de esos sacos salen tubos metálicos por donde emana el veneno. Con su conocimiento de naturaleza el bugbear reconoce los abdómenes de ranas del pantano, y ahora sabe que su veneno se vuelve más peligroso mientras más se respira, para ayudar a que el cuerpo elimine sus toxinas basta con dejar de respirarlo algunos minutos. Todos los héroes contienen la respiración.
El bugbear usando sus habilidades manuales y Giggles valiéndose de su mano mágica van sacando los tubos y atando los extremos de los vientres para evitar que el gas salga. Con el último de los sacos, el bugbear comete un error, intenta corregirlo con otra maniobra lo que provoca que el abdomen se desprenda de la pared tirando una cadena escondida por detrás y activando de ese modo otra trampa.
Los muros de ladrillos empiezan a derrumbarse dejando ver cuatro únicas paredes de acero, las paredes de los costados comienzan a moverse, amenazando con aplastarlos. Rápidamente los héroes reúnen los escombros de los ladrillos, construyendo una pequeña montaña para escalar. En cuanto alcanzan la placa de bronce que cubre la puerta de salida. Zithka usa sus mejores ataques para destruir la placa y lo conseguí. Ahora vuelven a ver la portezuela con el agujero octagonal, rápidamente Giggles ubica el rompecabezas en el centro y la portezuela se abre. Todos salen disparados de la habitación, a penas el último logra escapar, las paredes se juntan… Todos suspiran.
Después de un breve descanso, siguen avanzando. Luego bajan por unas escaleras metálicas hasta una nueva área de la alcantarilla. Escondidos y con cuidado pueden ver otro caudal de agua sucia, en él flota un pequeño barco de carga. Sobre la nave ven un wererat jovenzuelo, otro forzudo y dos hombres-ratas ancianos, estos últimos visten túnicas, y a juzgar porque el color albino de uno de ellos se trata del líder. En una plataforma confeccionada como un pequeño puerto, también aguardan 5 jovenzuelos y otra rata musculosa, parece ser el sargento de los militares. Los wererats trabajan cargando cajas de maderas en el barco.
La tropa de Arumat no pierde el tiempo y ataca de sorpresa. Los viejos roedores pelean lanzando hechizos, mientras Zithka y Giggles saltan hacia la nave para castigarlos, la magia de la gnomo es superior a la del líder wererat. Asimismo Jats, Pedobear y Arumat logran vencer al resto de los roedores.
Terminado el combate registran el lugar. Las cajas de madera contienen hongos alucinógenos, es la “mercancía” que busca Bull. En otra habitación Pedobear encuentra un mecanismo que desactiva la habitación trampa donde las paredes habían colisionado. Con el pasillo retornado a su estado anterior los héroes pueden regresar. El bugbear lleva consiga la cabeza de la rata albina.
Ya en la entrada de la alcantarilla comunican su éxito a los semiorcos. Esta vez hay más secuaces de Bull en lugar, además de varios vehículos de transporte. El semiorco líder señala que Bull los espera dentro de uno de los carros, ahora ellos se encargaran de traer las cajas. Al abordar el carruaje del tiflin, éste les exige ver la cabeza de su enemigo, cerciorado del trabajo, les entrega el permiso falso. El documento tiene copias exactas de las firmas y timbres de Lays, “Permiso de Compra de Lays… Familia McLovin”.
Con el permiso los héroes regresan a toda a prisa al distrito comercial, ya ha anochecido y las tiendas están por cerrar. Ven a Karim atando a un cuarteto de malhechores y lanzándolos al interior de la celda rodante (Con ellos más los prisioneros, Mika, Kratos, Promm, Rosita y sus mercenarios, y el médico de guerra, suman 27 personas en la celda; todos incómodamente apretados), Karim explica que estos nuevos mercenarios también pretendían liberar a Promm. Luego de compartir sus historias, corren a comprar cinco espadas mágicas. Sus conocimientos de lo arcano les permiten pensar en rituales para traspasar los poderes de esas armas a sus favoritas.
Ahora el problema es saber donde esconderán las espadas sabiendo que no pueden llevarlas consigo cuando entreguen a los prisioneros (sería muy sospechoso). Tras discutirlo resuelven comprar otro tipo de pergamino de ritual, un cofre y pedirle una habitación a su “nuevo amigo” Bull.
El tiflin acepta sin discutirlo. Giggles sube a uno de los dormitorios para realizar un ritual de “Cofre Secreto de Leomund” (ya dominado), con esto más un anillo de valor intimo para ella Giggles crea un cofre mágico, posible de ser invocado en cualquier lugar; así ocultan las espadas. Luego vuelven a conversar con Bull, quien acepta a cambio de 200 monedas de oro mensuales, guardar el cofre en una caja fuerte.
Concluido el procedimiento. Llevan a los 27 prisioneros al distrito superior. Allí los edificios son más altos y elegantes. Cuando ingresan en la prisión de tribunales un grupo de soldados se acerca a recibir el carruaje, el líder de la patrulla exige que les expliquen el retraso. Los héroes no tardan en exagerar los dos ataques de los mercenarios, extendiendo los contratiempos. Karim debe quedarse en lugar llenando papeleo sobre los embates, el resto de los héroes son autorizados para ir a una taberna y luego regresar a descansar.
Arumat los conduce a un nuevo bar y les invita unas cervezas. Luego de unos minutos Arumat se separa del grupo y se sienta en otra mesa a conversar con otro elfo, tras una breve charla, su compañero deja el bar y Arumat se reincorpora a celebrar con Pedobear, Jats, Giggles y Zithka. Arumat se siente con libertad para bromear con el grupo, y entre la conversación se revela que el elfo tampoco es un seguidor de la trinidad. Continuan bebiendo, después de todo ha sido un buen día…
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